Los juegos que hoy en día se pueden ver en un casino tienen una gran historia detrás. Como es evidente, no se crearon directamente para este tipo de locales, sino que la cultura popular los fue haciendo cada vez más conocidos y los moldeó hasta ser comprensibles y entretenidos para todo el mundo. Solo fue después de esto cuando fueron “adoptados” por los establecimientos de juego. Cada uno tiene un origen propio, aunque todos coinciden en un hecho en concreto: fueron concebidos con fines lúdicos.
Su aterrizaje en los casinos no cambió de forma radical esta idea, aunque con el paso del tiempo si que se ha ido modificando. Siguen siendo un pasatiempo, pero también han ido incorporando un elemento competitivo importante. El tema de jugar con apuestas ha contribuido a esa modificación conceptual, orientada no solo a pasarlo bien, sino también a ganar.
Ese espíritu de querer conseguir el mayor beneficio posible ha llevado a que, durante la historia, varios jugadores hayan quedado en la memoria colectiva por sus curiosas estrategias en diferentes juegos. Un claro ejemplo de esto es el blackjack. Y es que esta disciplina lúdica, que consiste en llegar o aproximarse al número 21 con una mano de cartas antes que el resto de integrantes de la mesa, se presta mucho a la planificación de tácticas para salir vencedor.
Ningún ejemplo mejor de ello que los cuatro casos que podrás consultar a continuación. Todos ellos serán recordados para siempre como aquellos que buscaron la manera de maximizar sus opciones de ganar en este juego.
El equipo de Blackjack del MIT
En las décadas de 1980 y 1990, un grupo de estudiantes y antiguos alumnos del MIT (Instituto de Tecnología de Massachussetts) formaron un equipo para analizar el funcionamiento de este juego. Comenzaron a familiarizarse con las técnicas del conteo de cartas con el fin de poder salir victoriosos de diferentes casinos de Las Vegas y otros lugares.
Su estrategia se basaba en operar en pequeños grupos que se sentaban en la misma mesa de juego. Varios miembros hacían de apostadores pequeños y observaban el avance de la partida, contando las cartas que iban saliendo. Posteriormente, cuando el momento era propicio para ganar, hacían una señal a otro integrante del equipo, que se sumaba a la mesa como apostador grande, y acababa aprovechándose de la situación.
Todo esto les llevó a ganar una fortuna y ser muy famosos. Lamentablemente para ellos, esa fama llegó también a oídos de los casinos, que implementaron estrategias para controlarlos y evitar que jugasen. Su historia fue llevada al cine con el filme “21”, y recogida en el libro “Bringing Down the House”.
Ken Uston
Su caso guarda cierta relación con el anterior. Uston era un jugador de blackjack profesional que se dedicaba al conteo de cartas junto a un equipo de gente que había creado y con el que era capaz de maximizar sus ganancias. Sin embargo, todo cambió cuando fue descubierto en la década de los 70.
Los casinos de Atlantic City, donde solía jugar, le prohibieron la posibilidad de acceder. Uston no se rindió y decidió reclamar ante la justicia esta situación. Finalmente, le dieron la razón, y un juez sentenció que no se podía vetar la entrada de contadores de cartas en los locales de juego de este lugar.
Esto llevó a las empresas del sector a adaptar sus políticas y estrategias para no verse perjudicadas por estos contadores.
Don Johnson
Se trata de un caso más o menos reciente, ya que data del 2011. Don Johnson, un experto en juegos de azar, llegó a un acuerdo con los casinos de Atlantic City. Se comprometía a realizar apuestas millonarias, siempre y cuando sus pérdidas estuviesen limitadas por parte de la empresa de juego.
La aceptación de este acuerdo le llevó a ganar millones en el blackjack, ya que cada partida en la que salía derrotado, apenas suponía una caída de sus fondos, mientras que, si ganaba, los beneficios eran absolutamente millonarios.
Evidentemente, después de comprobar el resultado, los casinos reconsideraron esa política de descuentos y ofertas para sus clientes, también para el blackjack online.
Archie Karas
Conocido para siempre como el hombre que convirtió 50 dólares en 40 millones. Así empieza la historia de este individuo que, en los años 90, tuvo una increíble racha en los casinos de Las Vegas.
No era contador de cartas, pero poseía una habilidad muy grande para detectar los comportamientos de sus oponentes y ver qué apuesta convenía en cada momento, dependiendo del estado de la mesa.
Sin embargo, la suerte no le duró para siempre. Posteriormente, cuando empezó a ver que sus ganancias menguaban, trató de compensar la situación haciendo apuestas arriesgadas. Finalmente, perdió la mayor parte de los beneficios conseguidos. Pese a eso, su caso aun es recordado en Las Vegas como una de las rachas de suerte más grandes de la historia.